La prueba de la novia, asesoría de imagen por Rafa Ramírez

Hace unas semanas nos colamos en la prueba de novia de Rocío y Rafa Ramírez, su asesor de imagen, se ha dado el tiempo de responder a unas preguntas que hemos pensado podrían ser de vuestro interés:

¿Para qué se hace una prueba de novia?

Como su propio nombre indica consiste en ejecutar pruebas y más pruebas hasta dar con el resultado perfecto, siempre teniendo en cuenta las facciones del rostro, tipo de vestido, y como no, la opinión de la novia. Con esto quiero decir que por mucho que yo aconseje un peinado o maquillaje, si la protagonista de ese día no se ve o no se reconoce con el look propuesto, se tiene que respetar. Ella tiene la última palabra. 

En la prueba es muy importante crear un clima distendido y agradable, un momento para intercambiar anécdotas y conocerse un poco más. Una cosa parecida le sucede también al fotógrafo y videógrafo: entre los novios y nosotros debe existir química, y así se reflejará en el resultado final.

 ¿Qué finalidad tiene para ti, qué objetivos persigues?

El objetivo primordial de una prueba de novia es acertar con el look perfecto para ella e ir así a “tiro
hecho” el día del enlace. Hay que tenerlo todo muy claro y no hay lugar para dudas ni divagaciones. En el día de la boda no hay cabida para la improvisación. Yo, personalmente, me considero muy perfeccionista. Pongo mucho mimo y dedicación a lo que hago porque me gusta y quiero gustar. En definitiva, pasión. 

 ¿Cuántas pruebas necesitas?

Mínimo dos, aunque en una misma prueba se pueden realizar varias propuestas.

¿Alguna técnica en especial?

Me fascina poner en práctica el contouring, muy antigua pero muy en tendencia hoy día. Es impresionante como esta técnica, a través de luces y sombras, estiliza las facciones potenciando la estructura natural del rostro. Crea efectos fascinantes con un resultado muy natural. Eso sí, hay que saber hacerlo.

Otro de los trucos que no le debe faltar a una novia son las pestañas postizas. Es algo que cambia el ojo de una forma exponencial, sobre todo si comparas el antes y el después.

¿Qué es lo que más te gusta de esos momentos?

Lo que más me gusta de todo, es cuando acierto con el look perfecto. Hasta que no veo a la novia convencida con mi ejecución no me quedo tranquilo. He descubierto que esta profesión tiene algo precioso, y es que haces feliz a la gente con tus creaciones. Ya lo dijo una vez Gianni Versace:
“Nuestra trabajo debería hacer soñar a la gente”.  

¿Qué opinas de hacerse fotos el día de la prueba? ¿Sirve para testar el resultado y que a su vez la novia se quede tranquila con su elección?

Pues me parece una idea fascinante y algo muy novedoso. Fotografiar el proceso creativo tanto de maquillaje como peinado me parece un recuerdo muy grato y una prueba fehaciente para inmortalizar el momento del look final, y así, tenerlo todo más claro y de una manera gráfica y realista. 

¿Qué recomendaciones darías a esos novios y novias para sacar el mayor partido de sí mismos?

En primer lugar, una escucha activa a los asesores de imagen o personal shopper. Que se dejen probar siguiendo las indicaciones de dichos profesionales, y que no se cierren en banda. Hay que recordarles que nosotros proponemos, no imponemos. 

Lo más importante es que sientan a gusto con ellos mismos y que se reconozcan tras el espejo. No consiste en disfrazarlos, sino en potenciar sus puntos fuertes y neutralizar los débiles. 

Espero que os haya gustado y a ti, Rocío, desearte lo mejor y que todo vaya genial por Sevilla en ese gran día.